lunes, 31 de diciembre de 2007

Evangelismo


La conversión es más un proceso que un momento,

y la herramienta que más acerca a los hombres a esta experiencia es el amor.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Una sana perspectiva

DICIEMBRE 29

Una sana perspectiva

Mientras estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre. Juan 2.23–25

Qué fácil resulta para nosotros ser arrastrados por el entusiasmo momentáneo de las personas. Cuando vemos a personas responder con fervor a la proclamación de la Palabra, ofreciendo votos de entrega y renovado compromiso, se apodera de la iglesia una especie de fervor masivo. Afirmamos que Dios nos ha visitado o que hemos visto un gran mover del Espíritu en nuestro medio. Es, quizás, por esta razón que se ha convertido en un estilo, para muchos predicadores, llevar a las personas a manifestar su aprobación de la Palabra con decisiones públicas.
Las personas también respondían con entusiasmo al ministerio de Jesús. El evangelista nos dice que muchos creyeron al ver las señales que él hacía. No obstante, Juan aclara cuál era la postura de Jesús frente a estas respuestas, basadas en las emociones del momento: el Hijo de Dios no se fiaba de ellos. Es decir, no quedaba impresionado por los votos que ellos hacían en el momento, ni le daba mucha importancia a la respuesta que veía en la gente. ¿Cuál era la razón de esta desconfianza? El «no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre».
En esta frase encontramos la explicación de por qué el proceder de Cristo contradecía tan a menudo el camino que nosotros hubiéramos escogido en situaciones similares. Jesús sabía que la rebeldía enraizada en el corazón del hombre no iba a ceder en un momento de fervor religioso. Solamente la acción prolongada e intensa del Espíritu logra que los males del hombre sean transformados y den lugar a la gracia del Padre. En este sentido, entonces, no se avanza en la vida espiritual con saltos aislados y momentáneos, sino en un andar diario que está sustentado por la paciencia y la perseverancia.
Es importante que los que tenemos responsabilidad pastoral en la casa de Dios no animemos a este tipo de expresiones. No estoy diciendo que nunca podemos llamar al pueblo a realizar una manifestación pública de su fe y convicción espiritual. Es bueno que, ocasionalmente, las personas que conforman la congregación tengan la oportunidad de dar testimonio público de sus convicciones espirituales. El problema es que cuando esto se convierte en un rito de cada reunión estamos animando a las personas a creer que es en estos momentos que ocurren los eventos de mayor peso espiritual. La realidad es otra; los grandes cambios en la vida se ven cuando ponemos por obra la Palabra en el marco de nuestra vida cotidiana. Si el pueblo no entiende esto, comenzarán a creer que lo más importante en sus vidas es lo que ocurre dentro del marco de las reuniones públicas. Es nuestra responsabilidad ayudarlos a tener una perspectiva más acertada de lo que significa andar en novedad de vida.

Para pensar:
«A Dios le preocupa más el estado del corazón que el estado de las emociones». A. W. Tozer.


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (29 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Tiempo de asentarse


DICIEMBRE 28

Tiempo de asentarse

Lectura bíblica: Juan 15:1–4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Juan 15:4

¡Otra vez! pensó Jorge con disgusto. Ya se había hecho experto en empaquetar las cosas en su cuarto para mudarse. Por el trabajo de su papá no habían vivido en el mismo lugar más de tres años, pero ahora ni siquiera era tanto. Jorge había tenido la esperanza de que esta vez se asentarían de una vez por todas. Tenía buenos amigos, su familia había encontrado una iglesia fantástica y todo parecía ir sobre ruedas.
Pero después escuchó las palabras que temía: “Me han vuelto a transferir”.
—¡Te encantará Hoguera! —había dicho su mamá.
¡Hoguera! La población en el centro de la zona más calurosa del país no lo entusiasmaba para nada. Jorge había oído decir que en el verano ¡se podía freír un huevo en el pavimento! Pero todo lo que pudo decirle a su mamá fue:
—¿Qué remedio queda?
Aunque Jorge sufrió bastante año tras año con cada dolorosa mudanza, aprendió una lección importante. Esto es lo que escribió en su diario al poco tiempo de llegar a Hoguera.
Aquí estoy otra vez, Señor: un lugar nuevo, rodeado de cosas extrañas y personas desconocidas. Extraño a mis amigos y a mi casa de antes. No sé si alguna vez me sentiré en casa en este lugar. No sé si podré acostumbrarme.
Por lo menos te tengo a ti, Señor. Por lo menos sé que vaya donde vaya, ya sea a Hoguera, o a Tierra del Fuego o a las selvas remotas de Madagascar, tú sigues conmigo. Hiciste tu hogar en mí. Te has asentado, y no te van a transferir ni me vas a dejar solo. Y he hecho mi hogar en ti. Dondequiera que vaya, estaremos juntos. Gracias, Jesús, por esa promesa.
Jorge había descubierto una maravillosa verdad que también nosotros tenemos que saber. Jesús hace su hogar en nosotros y quiere que hagamos nuestro hogar en él. En Apocalipsis 3:20, Jesús extendió esta invitación: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo”.
Puede ser que te mudes de un lugar otro. Puede ser que tus amistades cambien de un año a otro. Muchos distintos tipos de cambios pueden causar que tu vida mañana sea radicalmente distinta de lo que es hoy. Pero una cosa es segura: Jesús nunca te dejará. Está totalmente asentado en ti y te invita a que te asientes en él.

PARA DIALOGAR: ¿Qué importancia tiene para ti el hecho de que Jesús nunca te dejará, no importa los cambios que puedan suceder?
PARA ORAR:
Señor Jesús, gracias por ser nuestro mejor amigo, y por no dejarnos nunca solos.
PARA HACER: ¿Tienes algún amigo que no conoce a Jesús? ¿Cómo puedes presentar a tu amigo humano al mejor amigo celestial que jamás puede tener?


McDowell, J. J., Kevin. (2005). Devocionales para la familia : McDowell, Josh. (28 de diciembre). El Paso, Texas, EE. UU. de A.: Editorial Mundo Hispano.

"Evangelio" de agresión

DICIEMBRE 28

«Evangelio» de agresión

Al ver esto, Jacobo y Juan, sus discípulos, le dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces, volviéndose él, los reprendió diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois, porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Lucas 9.54–55

El ser humano nunca se ha caracterizado por la capacidad de tolerar a quienes ven las cosas de forma diferente a él mismo. La intolerancia puede degenerar en actos de discriminación en la escuela, el trabajo o la sociedad. Cuando es llevada a sus más detestables extremos produce homicidios y guerras, los cuales no hacen más que revelar cuán alejado está el hombre caído del espíritu bondadoso del Dios que lo ha creado. Tales actitudes, aunque lamentables, no deben sorprendernos.
Sí debe asombrarnos, sin embargo, cuando la intolerancia se instala en el seno de la iglesia, la representante visible de la gracia extendida del Padre hacia un mundo caído. Jesús, camino a Jerusalén, había enviado a algunos de sus discípulos a que le prepararan un lugar en las aldeas por las que pasaba. En uno de estos poblados, entre los samaritanos, se le negó hospitalidad. La respuesta hostil de la gente de la zona provocó en los discípulos la respuesta que leemos en el texto de hoy.
Debemos observar que los discípulos se estaban valiendo de un precedente bíblico para la desatinada propuesta que elevaban al Señor. No entendían que el espíritu con que Elías enfrentó a los profetas de Baal era enteramente diferente al que ellos desplegaban en este momento. En aquella ocasión, el profeta confrontaba a un grupo de religiosos que servían para perpetuar la idolatría de toda una nación. En esta oportunidad, las personas simplemente no estaban dispuestas a extenderle una bienvenida a Cristo. El hecho es que una respuesta tan trivial despertó en los discípulos los deseos más desenfrenados de venganza.
Jesús señaló que ellos no sabían aún a quién estaban sirviendo, pues estaban claramente desalineados con los deseos del Hijo de Dios, que no vino a traer condenación sino vida. Esta es la esencia del evangelio, la cual no siempre hemos sabido captar correctamente. Si recordáramos cuánta paciencia ejerció el Señor con nosotros antes de que aceptáramos su invitación a unirnos a su familia, nos ayudaría a ser más misericordiosos con otros. La conversión es más un proceso que un momento, y la herramienta que más acerca a los hombres a esta experiencia es el amor.
Es precisamente esta falta de amor lo que muchas veces no produce mayor convicción en las personas con quienes compartimos el evangelio. Ellos perciben que si no aceptan el evangelio, recibirán nuestra condenación. Entienden que no es un amor puro lo que nos mueve y por eso no conseguimos tocar sus corazones. El rechazo inicial, sin embargo, podría ser la oportunidad preciosa que Dios nos está dando para perseverar en esa obra de amor. De seguro que les llamará la atención a ellos cuando vean que nosotros los seguimos amando, crean o no crean en las buenas nuevas que les anunciamos. Quizás esto, más que nuestra elocuencia, los lleve a eventualmente reconciliarse con el Señor.

Para pensar:
«La bondad es algo que los sordos oyen y los ciegos ven». J. Blanchard.


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (28 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

jueves, 27 de diciembre de 2007

¿Orar o preocuparte?


DICIEMBRE 27

¿Orar o preocuparte?


Lectura bíblica: Mateo 6:34 No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Mateo 6:34

Cuando piensas en el año que se acerca, ¿estás preocupado por lo que pasará? ¿Perderá el dinero su valor de modo que habrá que empezar a cambiar vacas por gallinas? ¿Y si cae un meteorito en el fondo de tu casa? ¿Y si empieza una edad nueva de hielo y se te congela el aliento, o si el calentamiento mundial te derrite hasta el pensamiento?
Ya basta de tantos pensamientos “optimistas”. Puedes preocuparte todo lo que quieras de esas cosas, pero no vale la pena. Mira lo que dos personas sabias han dicho sobre preocuparse.
• La preocupación nunca le roba al mañana su tristeza, sólo toma el gozo de hoy y lo aplasta.
Leo Buscaglia
• No te preocupes de que el fin del mundo venga hoy. Ya es mañana en Australia. Charles Schultz
El mejor consejo sobre las preocupaciones, por supuesto, lo tiene Jesús. ¿Su consejo? “No te afanes”. Pablo se hizo eco de ese pensamiento en Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. El apóstol Pedro agregó: “Echad sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
Seguro, habrá muchas cosas en el año que viene que no te gustarán: desastres naturales, tensiones mundiales, desacuerdos en la comunidad, discusiones con tus amigos o padres o tu profesora de piano, o quizá una enfermedad grave de un ser querido. Dios nunca te prometió una vida sin problemas.
Cuando aparecen cosas malas o que despiertan temor, ¿sientes de pronto un nudo en la boca del estómago por la preocupación? Ese nudo es un recordatorio de que ha llegado el momento de orar. Cuando te sientas dominado por alguna preocupación, no dejes que te paralice. En cambio, haz que te lleve a orar. Apúrate a llevar tu preocupación a Dios en oración. Dile directamente lo que sientes. Cuéntale de las personas o situaciones que te preocupan. Dale los detalles e invítalo a hacerse cargo de ellos y de ti. Sigue orando hasta que te hayas calmado. Y cuando vuelva tu nerviosismo, vuelve a orar… a orar… y a orar.
Cuando interpretas a las preocupaciones como un empujoncito para orar, los problemas que tienes no te causarán tanto espanto. Los tomarás como oportunidades para que Dios obre al entregárselas en oración.


PARA DIALOGAR: ¿Qué es lo que más te preocupa cuando piensas en los próximos días?; ¿el próximo mes?; ¿el próximo año?
PARA ORAR:
Tómate el tiempo para entregarle todas tus preocupaciones a Dios, porque él tiene interés en ti.
PARA HACER: Si tienes algún amigo agobiado por alguna preocupación ora por él y con él.


McDowell, J. J., Kevin. (2005). Devocionales para la familia : McDowell, Josh. (27 de diciembre). El Paso, Texas, EE. UU. de A.: Editorial Mundo Hispano.

El camino de la pureza

DICIEMBRE 27

El camino de la pureza
¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?Guardando tu palabra. Salmo 119.9 (LBLA)

La pregunta que hace el salmista es importante para nosotros. En primer lugar, porque la pureza es un aspecto fundamental de la vida espiritual. El apóstol Pedro le dice a la generación del Nuevo Pacto: «Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo» (1 P 1.14–16). Esto nos presenta con uno de los más grandes desafíos para la iglesia que debe, a la vez, incursionar en un mundo profundamente contaminado.
Existe otra razón por la que la pregunta de David es de peso. Su deseo es descubrir, puntualmente, cómo puede el joven guardar puro su camino. Esto no significa que la generación que les antecede está exenta de esta responsabilidad. Pero es de particular importancia que el joven descubra el secreto de la pureza porque se encuentra en una etapa de la vida donde las tentaciones poseen un poder especialmente seductor. La razón de esto es que el joven aún no ha adquirido la madurez ni la sabiduría para discernir cuál es el fin de muchas de las propuestas impuras que el mundo ofrece. La respuesta que trae el salmo es breve, sencilla y bien al punto. Lo que hace falta es guardar la palabra.
Quisiera resaltar, por un momento, lo que no incluye esta respuesta. David no está diciendo que la pureza se logra memorizando versículos bíblicos, aunque esta disciplina, por cierto, es de mucha bendición. Tampoco está señalando que la pureza se obtiene mediante el estudio diligente de las Escrituras. Queda descartado, por ende, que podamos alcanzar la pureza escuchando muy buenas predicaciones bíblicas, o leyendo excelentes comentarios acerca de las Escrituras. Todas estas actividades pueden, ciertamente, facilitar la tarea que propone el salmista, pero ninguna de ellas la puede sustituir.
Creo que es importante mencionar esto porque es muy fácil confundirse y creer que las actividades mencionadas son prácticamente lo mismo que el camino señalado por el salmista. No obstante, la respuesta de David es bien clara: la pureza se obtiene con guardar la Palabra. ¿Y a qué se refiere con «guardar»? Cumplir, obedecer, seguir, practicar, ejecutar, vivir, hacer, ejercer… usted ya se da una idea de lo que implica. La pureza se alcanza cuando uno asume el compromiso de que cada acción, a cada momento, de cada día, esté dirigida por los designios eternos del Señor.
Observe que la pureza no se obtiene como resultado de una elaborada estrategia para evitar el mal. En demasiadas congregaciones el enfoque de la vida cristiana es una larga lista de pecados a evitar. David, sin embargo, señala que la pureza es el resultado de caminar en la verdad, una postura mucho más saludable y atractiva para nosotros. Cuando vivimos haciendo lo bueno, lo malo automáticamente queda excluido como alternativa de vida. ¡Vale la pena guardar su Palabra!

Para pensar:
¿Qué palabra está trayendo Dios a su vida en este tiempo? ¿Qué pasos está tomando para guardarla? ¿Qué resultados ha observado?


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (27 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

¡Nada difícil!

DICIEMBRE 25

¡Nada difícil!

Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni fuera de tu alcance… Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes. Deuteronomio 30.11, 14 (LBLA)

Si entramos a cualquier librería cristiana encontraremos muchas obras acerca de los diferentes aspectos de la vida espiritual. Muchas de ellas nos ofrecen la receta que promete destrabar la bendición del Señor en nuestras vidas. Uno podría pensar, frente a tanta literatura, que es la falta de entendimiento de los hijos de Dios acerca de la vida cristiana la que ha dado lugar a esta increíble proliferación de libros. Compare esa montaña de información con lo sencillo del texto que hoy forma parte de nuestro devocional. ¡Qué increíble diferencia!, ¿verdad? Pareciera que tanta literatura a veces nos distrae de la verdadera sencillez que encierra el proyecto Divino para nuestras vidas.
No me malinterprete. No estoy diciendo que los libros no sirven, ni tampoco que la labor de un autor es en vano. Yo mismo soy amante de los buenos libros y procuro mantener alimentado mi hábito de leer buena literatura. El punto es este: la abundancia de recursos escritos no debe intimidarnos, ni llevarnos a pensar que la vida espiritual es un asunto extremadamente complejo. Más bien, el requisito para vivir en Cristo es un tema sumamente sencillo y puede resumirse en una sola palabra: obediencia.
Piense en lo que Dios le estaba diciendo al pueblo que salía de los cuarenta años en el desierto. La palabra que él traía a sus vidas no era una palabra demasiado complicada, ni muy difícil de practicar. Estaba al alcance de todos aquellos que deseaban vivir una vida agradable para Jehová. La dificultad no radicaba en lo complejo de la Palabra. Al contrario, se tornó complicada por las rebuscadas explicaciones que quisieron darle los supuestos intérpretes de la ley. La dificultad, más bien, radicaba en otro lugar totalmente diferente: la obstinada resistencia del espíritu humano a recibir órdenes de los demás.
Pero el Señor revelaba al pueblo que la Palabra siempre iba a estar cerca de ellos, en sus bocas y en sus corazones. Es decir, por medio del accionar del Espíritu iban a poder guardar en sus espíritus toda la verdad que necesitaban para vivir vidas santas. Observe que Dios hace esta afirmación a un pueblo que no poseía ni libros, ni Biblias. Mas la ausencia de la palabra escrita no iba a convertirse en un impedimento para una vida de obediencia. Nadie iba a poder aducir ignorancia de los designios del Altísimo, porque el mismo Señor iba a encargarse de que la Palabra estuviera bien cerca de cada uno de ellos.
El pasaje revela, una vez más, el corazón increíblemente bondadoso de nuestro Dios. Él está mucho más interesado que cualquiera de nosotros en que vivamos una vida que le agrada. Para esto ha hecho amplia provisión para nosotros, poniendo la Palabra al alcance de todos los que le aman la verdad. Además, a esta generación ha dejado la ayuda del Espíritu, que nos recuerda a cada paso los mandamientos de nuestro Padre celestial. ¡Cómo no vivir una vida de victoria!

Para pensar:
«Un acto de obediencia vale mil sermones». D. Bonhoeffer.


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (25 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

La esperanza del "olvidado"


DICIEMBRE 26
La esperanza del «olvidado»
Entonces el faraón envió a llamar a José; lo sacaron apresuradamente de la cárcel, se afeitó, mudó sus vestidos y vino ante el faraón. El faraón dijo a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; pero he oído decir de ti que oyes sueños para interpretarlos. Génesis 41.14–15

En los años que Dios me ha concedido servirle en el ministerio de la consejería me he cruzado muchas veces con obreros frustrados, especialmente entre los jóvenes. La historia de cada uno, aunque posee detalles particulares de la persona, siempre posee matices similares. «Yo quisiera estar desarrollando mi ministerio dentro de la iglesia, pero los líderes no me dan ningún tipo de apoyo». En la perspectiva de esta persona, su acceso al ministerio está bloqueado por aquellos que, por alguna razón, impiden que avance hacia su realización.
Si esta convicción fuera acertada, quisiera hacerle una pregunta: ¿qué posibilidades había de que José, que yacía olvidado en una cárcel egipcia, no siendo más que un insignificante esclavo, pudiera avanzar hacia algún proyecto personal y significativo? Descartemos, de entrada, que pudiera lograr alguna mejora en su situación por su propia acción. Ningún preso tiene posibilidad de mejorar su propia situación, salvo en los insignificantes detalles de la vida misma dentro de la cárcel. La ayuda que José necesitaba tendría que llegar desde afuera, pero ¿quién iba a acodarse de un esclavo hebreo que había sido condenado por tan poderosa persona como Potifar? ¡José había, literalmente, dejado de existir para el mundo!
Quizás usted capte lo absolutamente inútil que parece la situación de José. Así también parecen nuestras opciones en la vida cuando vemos que, por dondequiera que deseamos avanzar, nuestro camino parece estar bloqueado. A diferencia de él, sin embargo, es muy fácil que nos enfoquemos en aquellos que son los aparentes responsables de nuestra frustración. Comenzamos a albergar en nuestros corazones sentimientos de resentimiento y enojo hacia ellos. De no ser por la actitud mezquina que ellos demuestran, seguramente nosotros podríamos estar en una situación mucho mejor que la presente.
Permítame expresar en una frase el principio que el texto de hoy nos revela: el que abre y cierra las puertas de la oportunidad es el Señor. Ningún hombre puede detener su accionar cuando él ha decidido ubicar a uno de sus hijos en algún lugar de responsabilidad dentro de la iglesia, la empresa, o el lugar donde llevamos a cabo nuestra labor cotidiana. Podríamos languidecer en una cárcel, olvidados para el mundo, mas cuando Jehová pone sobre nosotros sus ojos, nadie puede detener el avance de nuestras vidas. No cometa el error de creer que existe alguien sobre la faz de la tierra que posea este mismo poder. Solamente el Señor crea las oportunidades que necesitamos para avanzar a la plenitud de sus proyectos.
¿Cuál debe ser, entonces, nuestra actitud? No debemos atacar a quienes no tienen la autoridad final de lo que pasa en nuestras vidas. Ellos poseen las mismas limitaciones que nosotros. Más bien hemos sido llamados a esperar el tiempo de Dios, aquel momento en que llega un mensajero del faraón para llevarnos delante de príncipes y gobernadores. Mientras tanto, imitemos a José: seamos los «prisioneros» ejemplares en el lugar donde nos encontramos hoy.

Para pensar:
Cuando Dios se detiene, nadie lo puede mover. Cuando Dios se mueve, nadie lo puede detener.


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (26 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Los regalos que realmente valen


DICIEMBRE 26

Los regalos que realmente valen

Lectura bíblica: Mateo 6:25–33
Vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:32, 33

Este año tuviste una idea super. Querías estar seguro de que todos los regalos que recibías fueran lo que tú querías, entonces tu lista de los regalos de Navidad fue corta y simple:
• un vale para mi tienda de ropa favorita
• un vale para mi casa de música favorita
• un vale para mi negocio de electrónica favorito
• un vale para mi casa de videocintas favorita
• una caja con cinco kilos de dinero
Pero al mirar los paquetes que abriste, estás totalmente deprimido. Todos tus sueños y esperanzas para Navidad se han convertido en una pesadilla.
Tu papá te dio un equipo completo de bolos: bola, bolsa y zapatos. Pero ni siquiera juegas a los bolos.
Tu mamá te regaló un violonchelo y una serie de videocintas instructivas. Pero no tienes oído para la música.
Tu hermanito te regaló su mascota, la ranita. Él lloró cuando abriste el frasco que había envuelto hacía dos semanas y vio que la ranita estaba muerta.
Tu abuela te dio otro par de pijamas de franela —lo que te da todos los años— que te queda demasiado chico.
Tu tío Calixto te dio una suscripción a la revista El Estudiante Excepcional y te prometió diez centavos por cada materia en que obtengas la máxima calificación.
Bueno, quizá no fue tan malo como eso. Pero es probable que no hayas recibido todo lo que te hubiera gustado. Todos tenemos que lidiar con los desengaños.
Pero Dios tiene un regalo para ti que no te desengaña. En Mateo 6:25–33 Dios prometió proveer todo lo que necesitas el año que viene. Quizá sea difícil admitir que puedes sobrevivir sin esa caja con cinco kilos de dinero, pero tratarás de hacerlo. Entretanto, Dios conoce tus verdaderas necesidades —espirituales, relacionales, emocionales y materiales— aun las que tú ni has notado. Y te ama tanto que se asegurará de que nunca te falten esas cosas. A ti te toca seguir viviendo para él y ver cómo llena tu vida de lo mejor que te tiene reservado.

PARA DIALOGAR: ¿Qué clase de regalos estás esperando que Dios te dé? ¿Estás esperando que te dé lo mejor que tiene reservado para ti?
PARA ORAR: Habla con Dios acerca de tus desengaños con las “cosas” materiales, y enfócate en las cosas que realmente valen.
PARA HACER: ¿Estás enojado porque no recibiste todo lo que querías para Navidad? Cuéntaselo a Dios y confía que él llenará tus verdaderas necesidades.

McDowell, J. J., Kevin. (2005). Devocionales para la familia : McDowell, Josh. (26 de diciembre). El Paso, Texas, EE. UU. de A.: Editorial Mundo Hispano.

martes, 25 de diciembre de 2007

El valle de lágrimas

DICIEMBRE 24

El valle de lágrimas

¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos! Atravesando el valle de lágrimas, lo cambian en fuente cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sión. Salmo 84.5–7

¡Qué refrescante es volver periódicamente a los salmos para leer las luchas, las victorias y las derrotas de quienes nos han precedido en el camino de la fe! Su contenido es de especial bendición para nosotros porque captan los sentimientos más complejos del ser humano, los mismos que a veces nosotros no sabemos identificar. Estos cantos del alma nos dejan con la certeza de que muchos otros han transitado por las mismas experiencias nuestras.
En el texto de hoy el salmista describe la ventaja que tiene el hombre que se ha refugiado en el Señor, que ha hecho de Jehová su fortaleza. Esta persona enfrenta las mismas dificultades que el resto de las personas a su alrededor. Experimentan adversidades, injusticias, opresión y pruebas personales. El secreto de la manera en que triunfan en la vida no está en sus circunstancias, sino en lo avanzado de su propio desarrollo espiritual. Poseen una plenitud de vida interior que les permite mirar la vida con ojos enteramente diferentes a los demás. Ellos no solamente salen airosos de situaciones que desconciertan y desaniman a otros, sino que las transforman.
El valle de lágrimas al que se refiere el salmista es un lugar de tribulación y angustia, donde la sequía atenta contra la vida. No obstante, la persona que ha hecho de Jehová su fuerza, en cuyo corazón están los caminos del Señor, pasa por este lugar de muerte y trae consigo bendición. Donde no existe esperanza trae buenas nuevas. Donde hay tristeza, imparte gozo. Donde hay maldición, extiende bendición.
Esto no es otra cosa que la manifestación de la obra de Dios en la vida de la persona. El Señor no solamente bendice al que se entrega a él, sino que lo convierte en instrumento de bendición hacia los demás, completando así el círculo de vida. Por esta razón el salmista declara, confiado, que tales personas «irán de poder en poder». Es decir, la vida para ellos será de gloria en gloria, aun en las circunstancias más oscuras. La victoria que experimentan a diario es la manifestación de una realidad instalada en lo más profundo de sus corazones y no existe situación alguna que la pueda alterar.
¿A qué se refiere el salmista cuando dice que esta persona tiene sus fuerzas en Dios? La frase «en cuyo corazón están tus caminos» nos ofrece una buena pista. Esta es una persona cuyo deleite es la ley de Jehová, que tiene convicción de que la única vida posible es la que el Señor propone. No transita por la vida pidiendo a Dios que bendiga sus propios planes y proyectos, sino que a cada paso busca actuar conforme a las específicas instrucciones que recibe de lo alto. Es un hombre que tiene una sana desconfianza de su propia sabiduría. Sabe que aun cuando el camino a seguir parece obvio siempre conviene buscar el rostro de Dios.

Para pensar:
«Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán» (Is 40.31).

Shaw, C. (2005). Alza tus ojos (24 de diciembre). San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

lunes, 24 de diciembre de 2007

El pecado de Sodoma

DICIEMBRE 23

El pecado de Sodoma

Vivo yo, dice Jehová, el Señor, que tu hermana Sodoma y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. Esta fue la maldad de Sodoma, tu hermana: soberbia, pan de sobra y abundancia de ocio tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del necesitado. Ezequiel 16.48–49

Resulta de mucho provecho leer los comentarios que hacen diferentes autores de la Biblia sobre eventos históricos. Muchas veces añaden a nuestra perspectiva alguna dimensión que no encontramos en el relato original de los eventos. Tal es el caso del Salmo 78, por ejemplo, que nos provee un comentario sobre la salida de los israelitas de Egipto y su conflictivo paso por el desierto. Del mismo modo, en el texto de hoy, encontramos un interesante comentario sobre la destrucción de Sodoma, que complementa el relato original de Génesis.
Si yo pudiera preguntarle a una persona dentro del ámbito de la iglesia cuál fue la razón por la que Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra, estoy seguro que la mayoría me daría una respuesta similar: El Señor terminó con aquellos dos poblados por causa del profundo deterioro moral en el que habían caído, con prácticas sexuales que aún hoy resultan detestables.
Esta decadencia es lo que estaba a la vista, pero el profeta Ezequiel ni siquiera la menciona en el texto de nuestro devocional. Creo que la razón es clara: las prácticas abominables en que habían caído no eran la causa de su problema, sino el síntoma. Es decir, la entrega desenfrenada a una vida de placer era el resultado de otras falencias mucho más serias, las cuales están mencionadas en este pasaje. El profeta identifica cuatro aspectos de la vida de los habitantes de aquellas ciudades, que nos dan interesantes pistas acerca de la esencia del problema que enfrentaban.
En primer lugar, afirma que ellos tuvieron abundancia de pan. Hemos de entender por esto que Dios los bendijo abundantemente con bienes materiales; gustaron de la prosperidad como fruto del trabajo de sus manos. Junto a la prosperidad, sin embargo, llegaron dos actitudes típicas de los que mucho tienen: la soberbia y el ocio. El orgullo es el resultado de creer que lo que hemos conseguido ha sido por la astucia y las habilidades propias. No existe ningún reconocimiento de la bondadosa provisión del Altísimo en ese estado de bienestar que disfrutamos. El ocio resulta cuando se tienen tantas riquezas que ya no hace falta trabajar para seguir ganándose el pan de cada día. La persona comienza a buscar la forma de divertirse, gastando la abundancia que posee.
Ezequiel señala que no siguieron el camino que Dios desea para aquellos que han alcanzado la prosperidad, que es bendecir a los que no tienen. Los habitantes de Sodoma no se ocuparon del afligido ni del necesitado. De este modo, queda al descubierto el verdadero problema de ellos: no supieron administrar con sabiduría todo lo bueno que habían recibido de la mano del Señor. Habiendo rechazado la inversión en otros, se volcaron hacia una vida de egoísmo absoluto.

Para pensar:
Dios nunca bendice exclusivamente para nuestro bienestar. Lo que recibimos tiene un destino comunitario, y deber servir para bendecir la vida de muchos. Esta es la esencia de nuestro llamado.

Shaw, Christopher: Alza Tus Ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica : Desarrollo Cristiano Internacional, 2005, S. 23 de diciembre

viernes, 21 de diciembre de 2007

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Gedeones repartiendo NT en los Regimientos

Regimiento Dragones, Ingenieros y Logistico


Hermano Eric Villegas y David Ponce, durante el día lunes 10 de Diciembre, pudieron visitar los Regimientos Dragones, Regimiento Ingenieros y Regimiento Logistico, para entregar un mensaje a los soldados y entregar en sus manos un Nuevo Testamento de los Gedeones Internacionales. Fue lindo ver alzar sus manos para recibir a Cristo como su Señor y Salvador.
































Taller de evangelismo para jovenes

Preparandonos para el 4to. proposito

el día 02 de Diciembre los jovenes de nuestra iglesia se dieron cita en el salón del itip para tener su taller de evanlismo, que persigue como fin prepararnos en el 4to proposito de la iglesia. Los jovenes tiene el deseo que durantes estas vacaciones de verano puedan compartir el evangilio con sus amigos y familiares. Que asi sea.

























Culto clausura ITIP

Finalizo el año academico y vacaciones

El viernes 30 de Noviembre tuvimos nuestro culto de clausura del año academico de nuestro Instituto Teologico. Se entregaron certidicados de notas a los alumnos de Inglés, Alemán, Música y Teología. despues pudimos compartir un tiempo de camaradería en un rico Cokteil.